El hombre es solo una parte mínima de lo que es el universo.
En si, el cosmos es un sistema ordenado y armonioso en el cual el ser humano solo es una pequeña partícula en su composición.
Desde sus orígenes, la especie humana
ha observado el cielo. Primero, directamente, después con instrumentos cada vez
más potentes. Las antiguas civilizaciones agrupaban las estrellas formando
figuras. Nuestras constelaciones se inventaron en el Mediterráneo oriental hace
unos 2.500 años. Representan animales y mitos del lugar y
la época. La gente creía que los cuerpos del cielo influían la vida de reyes y
súbditos. Las constelaciones que acompañan la trayectoria del Sol, la Luna y
los planetas, en la franja llamada zodiaco, nos resultan familiares:
Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpión, Sagitario,
Capricornio, Acuario y Piscis.
El
Universo es todo, sin excepciones. Materia, energía, espacio y tiempo,
todo lo que existe forma parte del Universo. Es muy grande, pero no infinito.
Si lo fuera, habría infinita materia en infinitas estrellas, y no es así.